En este caso lo hago con fabes frescas, sin secar, que todos los años me compra mi cuñado para congelar e ir consumiendo sin tener que ponerlas a remojo.
Estas fabes frescas son más suaves, se hacen en menos tiempo y cunden algo menos, con 1/2 k. tendremos 3 raciones.
Ponemos las fabes (1/2 k.) en agua fria con una cebolla (yo siempre utilizo cebolla dulce), 3 dientes de ajo pelados, una hoja de laurel al fuego, saldrá algo de espuma que iremos retirando.
Después de desespumar añadimos unas hebras de azafrán.
Dejamos a fuego suave y cuando va disminuyendo el agua las asustamos añadiendo agua (unas dos veces).
De vez en cuando movemos la olla pero no revolvemos para no romper les fabes.
En pleno susto... |
En otro fuego ponemos en un poco de aceite una cebolla picadita y otros 3 dientes de ajo también picados a pochar.
En un cazo con un poco de agua abrimos las almejas, una vez abiertas las sacamos, reservamos y el agua que queda se lo añadimos al sofrito.
Añadimos el sofrito con el agua de las almejas a las fabes, un poco de perejil picado dejamos unos 15 minutos mas, apagamos el fuego y añadimos las almejas.
Dejamos reposar.
Suelen mejorar de un día para otro pero las podemos consumir el mismo día respetando algo de reposo.
Y... ¡a comer!
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